Según mi experiencia,
ningún sufrimiento es
totalmente estéril.
Himiko.
Publicada en 1964, la novela de
Kenzaburo Oé cuenta la historia de un profesor de una academia
preuniversitaria, Bird, cuya vida da un
giro doloroso cuando se entera que su esposa ha dado a luz a un bebe con una
deformidad craneana. Bird abordará la difícil prueba de decidir qué hacer con
la criatura, a la que incluso es incapaz de nombrar (como el monstruo de
Frankenstein), más cercana a la monstruosidad que a lo humano. Auxiliado por
Himiko, una antigua compañera universitaria, Bird se hunde en el fango de su
desesperación mientras los días pasan y su hijo se debate en la frontera entre
la vida y la muerte.
En
“Una cuestión personal” Oé aborda, como ya había hecho en “La presa” y “Arrancad
las semillas, fusilad a los niños”, el tema del otro. La monstruosa criatura que
ha dado a luz la esposa de Bird está alienada de la sociedad. El temor radica,
principalmente, en la incertidumbre de no saber si, tras realizada una difícil
operación cefálica, el hijo de Bird pueda vivir una vida normal. Esto es,
hablar, leer, pensar. Si bien el hijo podría llegar a tener una apariencia
relativamente humana, no hay garantía de que pueda tener la capacidad de
relacionarse con los otros, dejarlo vivir sería someterlo a estar alienado el
resto de sus días.
La
novela de Oé, cercana a una experiencia autobiográfica, es un excelente retrato
de la desesperación a la que puede llegar un hombre agobiado por los azares de la vida. Los abismos en los que
Bird se deja caer motivado por el nacimiento de su hijo fenómeno, son
explicados de una manera clara, perturbadoramente precisa y objetiva. “Una
cuestión personal” es una buena evidencia de por qué Oé merecería el Premio
Nobel treinta años después de su
publicación. En palabras de Yukio Mishima "La cúspide de la literatura japonesa actual hay que buscarla en Kenzaburo Oé".
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