martes, 5 de junio de 2012

Una cuestión personal


Según mi experiencia,
ningún sufrimiento es totalmente estéril.

Himiko.



Publicada en 1964, la novela de Kenzaburo Oé cuenta la historia de un profesor de una academia preuniversitaria, Bird, cuya  vida da un giro doloroso cuando se entera que su esposa ha dado a luz a un bebe con una deformidad craneana. Bird abordará la difícil prueba de decidir qué hacer con la criatura, a la que incluso es incapaz de nombrar (como el monstruo de Frankenstein), más cercana a la monstruosidad que a lo humano. Auxiliado por Himiko, una antigua compañera universitaria, Bird se hunde en el fango de su desesperación mientras los días pasan y su hijo se debate en la frontera entre la vida y la muerte.
            En “Una cuestión personal” Oé aborda, como ya había hecho en “La presa” y “Arrancad las semillas, fusilad a los niños”, el tema del otro. La monstruosa criatura que ha dado a luz la esposa de Bird está alienada de la sociedad. El temor radica, principalmente, en la incertidumbre de no saber si, tras realizada una difícil operación cefálica, el hijo de Bird pueda vivir una vida normal. Esto es, hablar, leer, pensar. Si bien el hijo podría llegar a tener una apariencia relativamente humana, no hay garantía de que pueda tener la capacidad de relacionarse con los otros, dejarlo vivir sería someterlo a estar alienado el resto de sus días.
            La novela de Oé, cercana a una experiencia autobiográfica, es un excelente retrato de la desesperación a la que puede llegar un hombre agobiado por los azares de la vida. Los abismos en los que Bird se deja caer motivado por el nacimiento de su hijo fenómeno, son explicados de una manera clara, perturbadoramente precisa y objetiva. “Una cuestión personal” es una buena evidencia de por qué Oé merecería el Premio Nobel treinta años después  de su publicación. En palabras de Yukio Mishima "La cúspide de la literatura japonesa actual hay que buscarla en Kenzaburo Oé".

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