lunes, 29 de abril de 2013

Hombre lento



“Al menos las muletas son honestas”

Esta fue la primera novela publicada, en el 2005, desde que el autor sudafricano J. M. Coetzee ganara el Premio Nobel de literatura dos años antes. En ella se narran las vicisitudes que Paul Rayment, un fotógrafo retirado, debe afrontar al perder su pierna tras haber sido chocado por un joven irresponsable cuando daba un paseo en bicicleta. Rayment se encontrará entonces en la dificultad de adaptarse a la vida de un lisiado, renunciando al uso de una prótesis por considerarlo indigno y aprendiendo a vivir en su vejez con un par de muletas como un sustituto de su pierna amputada. En su convalecencia se enamorará de su enfermera, una inmigrante croata que decidió viajar a Australia con toda su familia en aras de buscar un futuro más amable.
            La novela de Coetzee es rica en detalladas descripciones psicológicas del convaleciente Rayment, ahondando en problemas en torno al amor, al cuidado de los otros, al altruismo y a la incapacidad física. En ella reaparece Elizabeth Costello, la escritora australiana de la novela homónima anterior a la publicación de Hombre lento, quien exhortará a Rayment a que asuma un rol activo de su vida, haciéndose responsable de sus decisiones y la vida que le tocó vivir tras el accidente. No obstante, lejos de ser un personaje desinteresado, Costello introduce una tensión en el desarrollo de la trama que desubicará a sus protagonistas.
            La novela de Coetzee se demora en empezar. Mas en honor a la verdad ese lento lapso en que se construye la atmosfera y la trama es digno de ser soportado. En efecto, una vez sentadas las bases de la novela, Hombre lento se desarrolla con presteza y pericia narrativa, reafirmando la destreza de Coetzee en cada párrafo y reivindicando el papel de uno de los más importantes Nobel de la literatura.

Lo que no tiene nombre


“Mi primera reacción después de la muerte de
Daniel ha sido tratar de comprender”



El último libro de Piedad Bonnett narra la historia verídica del suicidio de su hijo, partiendo del momento en que los sobrevivientes a la tragedia empacan los enseres del muerto en su apartamento en New York, para luego reconstruir la historia de la aparición y desarrollo de la esquizofrenia del joven que terminaría por llevarlo a tomar la decisión de acabar con su vida. Si bien la autora cataloga su libro como una obra de no ficción, resulta evidente que al enfrentarse con el libro el lector se encuentra con una riquísima obra de literatura.
            Quizás el rasgo más importante de la novela de Bonnett es que no se permite espacio para el melodrama y la exageración sensible. No es, en ningún caso, un frío cuadro de cirujano, ni mucho menos,  pero sí logra evitar los lugares comunes del duelo, el dolor, la miseria y la melancolía. Hay una consciencia narrativa clara y una necesidad poética que guían la narración sin rayar en lo cursi y por eso mismo logra conmover y mover cada una de las fibras del lector.
            Lo que no tiene nombre es una riquísima antología de hermosas reflexiones en torno al suicidio. La preocupación radica en el espacio vacío del cuerpo ausente, la fragancia propia del hijo en cada una de sus prendas una vez desaparecida su presencia de la tierra, en cada una de las huellas que evidencian su paso por este mundo. Bonnett ha escrito una excelente pieza de no ficción motivada por el afán de que el libro sirviera con un vehículo a su catarsis. No obstante, Lo que no tiene nombre funciona aún si fuese ficción, así el hijo de la poeta no hubiera acabado con su vida. Tal es el acierto de la pluma de Piedad Bonnett.
           
            

martes, 16 de abril de 2013

Un mundo feliz



“El hecho de ser madre era algo peor
que un chiste: una obscenidad”


La única novela de ciencia ficción que publicó en vida Aldous Huxley es una fuerte sátira al híper desarrollo tecnológico que pone en peligro los valores humanos. Publicada en 1932 Un mundo feliz cuenta la historia de un futuro donde los humanos son fabricados y catalogados según la programación y manipulación del ADN, un mundo donde los seres humanos gozan en teoría de un armonioso estatus social preasignado y donde todo el pensamiento literario, filosófico y teológico ha sido erradicado, así como todo concepto de familia que, a la luz de los habitantes que construye la narración de Huxley, resulta en un tabú. No obstante, la aparición de un ser humano nacido y criado por uno de estos seres esterilizados y fabricado que habita una reserva de humanos sin civilizar, pondrá en tensión todo este esquema tan aparentemente equilibrado.
            Uno de los elementos más interesante de la novela es su relación con el contexto histórico en que fue creada. Si bien es cierto que debemos dejar atrás todo análisis de marco biográfico, las alusiones a Freud, Marx, Bonaparte, Engels, Lenin, Mussolini, Bakunin y Darwin, entre muchos otros es evidente. Quizás el único fallo de la novela es el carácter tan marcadamente romántico del “salvaje”, el ser que pone en tensión todo el modelo, pues su educación humanística no es del todo verosímil con el discurso que maneja.
            No obstante este error, la novela de Huxley no deja de ser una muy interesante de ciencia ficción, así como de la literatura del siglo XX. La tensión entre la utopía y la distopía nos obliga como lectores a pensar en torno a los problemas y características que componen el pensamiento humano, la vida en comunidad, el imperio de la maquinaria, entre muchos otros temas, que ya eran problemáticos al principio del XX y que ahora con las nuevas tecnologías no dejan de ser relevantes.

martes, 9 de abril de 2013

Lo bello y lo triste


“Nunca se le había ocurrido que los
recuerdos son sólo fantasmas y apariciones.”


La última novela de Yasuri Kawabata, premio Nobel de Literatura en 1968, gira en torno al problema del amor, los celos y el recuerdo. La historia se centra en la relación de Oki Toshio, un escritor entrando en la vejez, y Ueno Otoko, una pintora con la que mantuvo una aventura extramatrimonial y con la que perdió un bebé en un hospital de tercera categoría. Años después Oki se acordará de su antigua amante y la buscará en la ciudad en la que ahora reside, desconociendo la amenazante presencia de su aprendiz y amante Keiko quien decide vengarse del escritor por el daño que le hizo a su maestra.
            Uno de los aspectos más interesantes de la novela radica en la relación que existe entre la creación artística o literaria siempre mediada por la propia subjetividad del que la produce. En efecto, todos los procesos de creación están siempre ligados por la propia subjetividad del artista o el escritor, por los intersticios de su obra, que la novela nos hace evidentes, podemos discernir la soledad, la tristeza y melancolía de sus creadores. En esa medida la novela más emblemática de Oki parte de su relación con Oko y, a su vez, la preocupación de la artista está enmarcada en hacer un homenaje a la criatura que salió de sus entrañas y murió, a la que nunca pudo abrazar.
            La novela de Kawabata es un rico paisaje que da cuenta de la soledad y la tristeza humana en busca de encontrar o reencontrar el amor. Un vívido recorrido por la psicología de los dolores humanos lleno de bellas disquisiciones sobre la belleza y la futilidad de ésta hacen de Lo bello y lo triste una rica obra escrita, donde rebosan reflexiones importantes sobre el género humano.