martes, 16 de abril de 2013

Un mundo feliz



“El hecho de ser madre era algo peor
que un chiste: una obscenidad”


La única novela de ciencia ficción que publicó en vida Aldous Huxley es una fuerte sátira al híper desarrollo tecnológico que pone en peligro los valores humanos. Publicada en 1932 Un mundo feliz cuenta la historia de un futuro donde los humanos son fabricados y catalogados según la programación y manipulación del ADN, un mundo donde los seres humanos gozan en teoría de un armonioso estatus social preasignado y donde todo el pensamiento literario, filosófico y teológico ha sido erradicado, así como todo concepto de familia que, a la luz de los habitantes que construye la narración de Huxley, resulta en un tabú. No obstante, la aparición de un ser humano nacido y criado por uno de estos seres esterilizados y fabricado que habita una reserva de humanos sin civilizar, pondrá en tensión todo este esquema tan aparentemente equilibrado.
            Uno de los elementos más interesante de la novela es su relación con el contexto histórico en que fue creada. Si bien es cierto que debemos dejar atrás todo análisis de marco biográfico, las alusiones a Freud, Marx, Bonaparte, Engels, Lenin, Mussolini, Bakunin y Darwin, entre muchos otros es evidente. Quizás el único fallo de la novela es el carácter tan marcadamente romántico del “salvaje”, el ser que pone en tensión todo el modelo, pues su educación humanística no es del todo verosímil con el discurso que maneja.
            No obstante este error, la novela de Huxley no deja de ser una muy interesante de ciencia ficción, así como de la literatura del siglo XX. La tensión entre la utopía y la distopía nos obliga como lectores a pensar en torno a los problemas y características que componen el pensamiento humano, la vida en comunidad, el imperio de la maquinaria, entre muchos otros temas, que ya eran problemáticos al principio del XX y que ahora con las nuevas tecnologías no dejan de ser relevantes.

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