“El hecho de ser madre
era algo peor
que un chiste: una obscenidad”
La única novela
de ciencia ficción que publicó en vida Aldous Huxley es una fuerte sátira al
híper desarrollo tecnológico que pone en peligro los valores humanos. Publicada
en 1932 Un mundo feliz cuenta la
historia de un futuro donde los humanos son fabricados y catalogados según la
programación y manipulación del ADN, un mundo donde los seres humanos gozan en
teoría de un armonioso estatus social preasignado y donde todo el pensamiento
literario, filosófico y teológico ha sido erradicado, así como todo concepto de
familia que, a la luz de los habitantes que construye la narración de Huxley,
resulta en un tabú. No obstante, la aparición de un ser humano nacido y criado
por uno de estos seres esterilizados y fabricado que habita una reserva de
humanos sin civilizar, pondrá en tensión todo este esquema tan aparentemente
equilibrado.
Uno de los elementos más interesante
de la novela es su relación con el contexto histórico en que fue creada. Si
bien es cierto que debemos dejar atrás todo análisis de marco biográfico, las
alusiones a Freud, Marx, Bonaparte, Engels, Lenin, Mussolini, Bakunin y Darwin,
entre muchos otros es evidente. Quizás el único fallo de la novela es el
carácter tan marcadamente romántico del “salvaje”, el ser que pone en tensión todo
el modelo, pues su educación humanística no es del todo verosímil con el
discurso que maneja.
No obstante este error, la novela de
Huxley no deja de ser una muy interesante de ciencia ficción, así como de la
literatura del siglo XX. La tensión entre la utopía y la distopía nos obliga
como lectores a pensar en torno a los problemas y características que componen
el pensamiento humano, la vida en comunidad, el imperio de la maquinaria, entre
muchos otros temas, que ya eran problemáticos al principio del XX y que ahora
con las nuevas tecnologías no dejan de ser relevantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario