martes, 9 de abril de 2013

Lo bello y lo triste


“Nunca se le había ocurrido que los
recuerdos son sólo fantasmas y apariciones.”


La última novela de Yasuri Kawabata, premio Nobel de Literatura en 1968, gira en torno al problema del amor, los celos y el recuerdo. La historia se centra en la relación de Oki Toshio, un escritor entrando en la vejez, y Ueno Otoko, una pintora con la que mantuvo una aventura extramatrimonial y con la que perdió un bebé en un hospital de tercera categoría. Años después Oki se acordará de su antigua amante y la buscará en la ciudad en la que ahora reside, desconociendo la amenazante presencia de su aprendiz y amante Keiko quien decide vengarse del escritor por el daño que le hizo a su maestra.
            Uno de los aspectos más interesantes de la novela radica en la relación que existe entre la creación artística o literaria siempre mediada por la propia subjetividad del que la produce. En efecto, todos los procesos de creación están siempre ligados por la propia subjetividad del artista o el escritor, por los intersticios de su obra, que la novela nos hace evidentes, podemos discernir la soledad, la tristeza y melancolía de sus creadores. En esa medida la novela más emblemática de Oki parte de su relación con Oko y, a su vez, la preocupación de la artista está enmarcada en hacer un homenaje a la criatura que salió de sus entrañas y murió, a la que nunca pudo abrazar.
            La novela de Kawabata es un rico paisaje que da cuenta de la soledad y la tristeza humana en busca de encontrar o reencontrar el amor. Un vívido recorrido por la psicología de los dolores humanos lleno de bellas disquisiciones sobre la belleza y la futilidad de ésta hacen de Lo bello y lo triste una rica obra escrita, donde rebosan reflexiones importantes sobre el género humano. 

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