“They call me Ubik, but Ubik is not my name.
I am. I’ll always be.”
Ubik
Philip K. Dick
(1928-1982) es quizás el escritor favorito de ciencia ficción para aquellos a
los que no les gusta el género. Su novela Ubik,
de 1969, se ha convertido en un referente necesario tanto para los amantes de
la especulación científico-técnica como para aquellos enteramente desligados de
las reflexiones que constituyen las páginas de este extenso género. Situada en
1992, la novela presenta interesantes especulaciones sobre lo que podría ser el
futuro a los ojos de un escritor de finales de los sesenta. En ella se plantean
reflexiones en torno a la existencia humana, especulaciones sobre lo que sucede
tras la muerte y amplias discusiones de orden psicoanálitico. Todo esto en
sintonía con la aparición de un extraño producto llamado “Ubik” que posee la
misteriosa facultad de salvar a sus protagonistas.
Quizás lo más interesante de esta
novela radique en la ambigüedad en la que mantiene inmersos a sus personajes.
En efecto, es difícil dilucidar si los personajes están vivos o no pues ellos
mismos ni siquiera lo saben. Dick se encarga de mantener el misterio punto tras
punto, línea tras línea, de forma tal que para el lector es imposible saber si
el equipo anti psíquico de la Compañía Runcitier ha sobrevivido a los
siniestros que se han desatado en su contra.
Ubik
es una de las obras estelares del autor de Do Androids Dream of Electric Sheep?, otro clásico de la ciencia
ficción inmortalizado gracias a la adaptación que Ridley Scott hiciera de la
novela en 1982. Como primera aproximación al género bien podría resultar
complicado tomar a Ubik como primer
escalón, pero la pericia de su narración, las complicadas reflexiones que nos
presenta, resultan en una deliciosa lectura, en un acelerado viaje a través del
tiempo, el espacio y la naturaleza de la vida misma.
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