“De esta forma, nos
guste o no, todos
-ases o comodines-
estamos involucrados
en esta gran partida de
sotas, caballos y reyes,
que es la vida.”
En las primeras
líneas del prólogo a esta colección de cuentos, el autor RH Moreno-Duran,
invita al lector a considerar cuántas acepciones tiene la palabra carta en el uso castellano. Con esta
primera reflexión se ofrece un cuerpo de seis relatos que se construyen a
partir y a través de la polisémica significación de la carta. La epístola, el
as esperado en una partida de póker, el oscuro arcano del Tarot que signa el
terrible destino de los hombres o la inevitable verdad tatuada en el cosmos en
el momento de nuestro nacimiento, son el armatoste desde donde se erigen estos
cuentos, barajados todos en torno al cuerpo de la mujer, la constante de las
narraciones de Moreno-Duran.
Quizás uno de los aspectos más
interesantes de Cartas en el asunto
es ver cómo las diferentes historias que lo componen están entremezcladas, de
forma que hay guiños y referencias entre ellas, como si todo fuese un solo texto.
Así mismo, el único momento en que aparecen los títulos de los cuentos es en el
índice, nunca dentro del cuerpo del libro. Esto permite el libro como un solo universo,
del que cada uno de estos seis cuentos es sólo un naipe de la baraja. Como
recuerda Moreno-Duran en su prólogo baraje
y corte por donde quiera y encontrará al final lo mismo.
Cartas
en el asunto es un fiel exponente de
la maestría escritural de una de las más insignes plumas de la narrativa
colombiana del XX, quien abandonó las letras nacionales en el 2005,
desafortunadamente muy pronto. Sólo en Moreno-Duran el lenguaje se transforma
en jolgorio, orgía, carnaval a la vez que alterna con las más sardónicas descripciones
de la melancolía humana, siempre signada por la presencia libidinosa del cuerpo
de la mujer que en Cartas en el asunto
es también el cuerpo del texto.
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